De idas y vueltas por Colombia

Después de nuestro paso por Bogotá, ciudad que nos encantó, volvimos para el oeste a conocer los lugares que nos habían faltado recorrer.

Mariquita y las ruinas de Armero, un lugar con historia

Saliendo del “frio” de Bogotá, llegamos al agobiante calor de Mariquita, un pueblito tranquilo donde se encuentra todo tipo de frutas y a precios muy económicos. Dormimos en una estación de servicio y el calor y el ruido de los camiones nos despertaron temprano, así que decidimos ir a conocer las ruinas de Armero. Armero es un pueblo que quedó destruido en 1985 por un alud de barro que se generó al hacer erupción el volcán Nevado de Ruiz. Hoy se pueden visitar las casas en ruinas y hasta la iglesia del pueblo, es impactante y estremecedor.

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Así quedó el pueblo de Armero tras el alud.

Manizales, una corta pero sentida visita

Llegamos a Manizales ya entrada la tarde y ante la negativa al preguntar en una estación de servicio si podíamos dormir, apareció John Jairo, dueño de un local de repuestos de auto quien nos invitó a su casa. Compartimos una linda noche de charlas y pastas y descansamos para seguir viaje al día siguiente.

Vista de Manizales de noche.
Vista de Manizales de noche.

En busca del Jardín perdido

Habíamos leído de un pueblito llamado Jardín de Antioquia y sus fotos nos conquistaron, por eso decidimos ir a conocerlo. Tomamos un camino que el mapa y el GPS nos marcaban y llegamos a Riosucio. René, quien nos invitó a comer una rica chuleta de cerdo, nos contó que estábamos por el camino equivocado. Si bien Jardín estaba a unos pocos kilómetros, supuestamente no se podía ir por ahí porque la carretera no era segura, así que teníamos que dar toda la vuelta y volver por donde habíamos llegado. Como era un poco tarde para hacer todo el camino de vuelta, paramos a dormir en La Pintada. Al día siguiente por fin llegamos a Jardín, un pueblo muy similar a los del Eje Cafetero, colorido, prolijo y donde todo ocurre en el parque principal. Estuvimos algunos días estacionados ahí en la plaza y conocimos a mucha gente del pueblo como las hermanas Consuelo y Ángela, quienes nos invitaron a comer a su restaurante y a bañarnos en su casa. También disfrutamos de una rica comida gourmet en Pastelatte gracias a la invitación de sus dueños José y Carolina y visitamos la fábrica de los famosos Dulces del Jardín. Con otra pareja local de aventureros, Luzmaría y Alfonso, nos tomamos un café y chalamos sobre viajes y sus aventuras en Argentina. Nos divertimos cantando y jugando con los chicos del pueblo y disfrutamos tanto los días en Jardín que nos quedamos más de lo que pensamos.

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Plaza principal de Jardín de Antioquia.

 

Santa Fe de Antioquia, sólo con aire acondicionado

De Jardín nos fuimos para Santa Fe, tan contentos que nos fuimos en el camino cantando en voz alta. Santa Fe es un pueblo muy fotogénico con construcciones antiguas y rincones perfectos. El problema fue que al llegar un domingo no teníamos donde estacionar la Kombi ya que el pueblo se llena de gente de Medellín que sale de paseo por el fin de semana y el calor hizo que decidamos irnos a dormir a otra parte. Caminamos un rato, sacamos unas fotos y nos despedimos tan rápido como llegamos. Un fugaz amor de verano.

Plaza principal de Santa Fe de Antioquia.
Plaza principal de Santa Fe de Antioquia.

Medellín, la capital del orgullo

Tanto y tan bien nos habían hablado de Medellín que moríamos por conocer esta ciudad. Sus habitantes están tan orgullosos de su lugar que lo cuidan mucho, se interesan por saber qué piensa uno del lugar y hasta a veces exageran hablando mal de otras ciudades. A nosotros Medellín nos gustó mucho, pero nuestro corazón se había quedado en Bogotá. Estuvimos 15 días en esta ciudad que sin dudas es moderna, prolija e innovadora. Una gran persona que nos recibió en Medellín fue Denis, una periodista a quien habíamos conocido de casualidad en el metro de Quito. Ella no solo nos organizó entrevistas con varios medios locales, sino que nos dio mapas, información de la ciudad y del metro, nos recomendó lugares, contactó a todos sus amigos y parientes para buscarle un estacionamiento a Dora y nos hizo probar “el algo”, eso que se toma a las 17 hs aproximadamente para matar el hambre hasta la cena.

Con Denis, una genia total que nos ayudó mucho en Medellín.
Con Denis, una genia total que nos ayudó mucho en Medellín.

Después de varios días de citytour, de conocer las principales plazas, museos y de divertirnos un día entero en el Parque Explora (un parque de ciencia, naturaleza y tecnología), nos instalamos en Girardota (a 28 km de Medellín) en la finca de Don Luis, a quien también habíamos conocido en Ecuador en la Convención de Volkswagen de Guayaquil. Ahí pasamos los días compartiendo con Carmencita y su familia, quienes cuidan la casa de Luis y nos trataron como reyes: disfrutamos de la pileta, comimos rico (aumentamos algunos kilos), lavamos ropa, le hicimos arreglos y modificaciones a la Kombi, leímos mucho y vimos varias películas. Un relajo.

Con Luis y su Kombi en su finca de Girardota.
Con Luis y su Kombi en su finca de Girardota.

Guatapé, la ciudad de los zócalos

En Guatapé está el famoso Peñón, una piedra gigante a la que se puede subir y desde allí se descubre una vista espectacular de la represa Peñol-Guatapé y las casitas que se construyeron en las pequeñas islas que se formaron. El pueblo de Guatapé es famoso por sus zócalos, imágenes en piedra que se colocan en los frentes de las casas y negocios con diferentes dibujos. Algunos de ellos representan lo que se hace allí dentro, como por ejemplo el de esta foto de abajo que muestra un bar.

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Famosos zócalos de Guatapé.

 

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En el Peñón de Guatapé.

Allí nos volvimos a cruzar con Pablo y Paola de Girando a lo Loco, que son los primeros viajeros que conocimos en Argentina a solo unos pocos días de haber salido. Ellos estaban con otros dos mochileros argentinos y con Alex, un colombiano al que de casualidad ya conocíamos y que nos invitó a todos a pasar la noche en su cabaña.

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En la cabaña de Alex con amigos viajeros

Desde Guatapé salimos rumbo a Boyacá (donde comimos las arepas más ricas de todo Colombia), pero en el camino pasamos por el Cañón del Río Claro, una Reserva Natural donde te cobran por ver un río y caminar por un sendero muy mal señalizado. Lamentablemente no pudimos terminar el recorrido que supuestamente estaba marcado en el mapa que nos dieron y que se hace caminando porque el camino era intransitable y se había vuelto muy peligroso.

Dos lugares imperdibles: Villa de Leyva y Barichara

Si algo hicimos en Colombia fue ir y volver. Estando en el Eje Cafetero, lo lógico era seguir para Medellín, pero tuvimos que ir a Bogotá porque venían a visitarnos amigos y parientes. Así que para Bogotá fuimos. Pero como no queríamos dejar de conocer Medellín, volvimos para ese lado. Peeero, como tan bien nos habían hablado de Boyacá (departamento al norte de Bogotá), fuimos nuevamente para el este y desde allí, subimos a la costa. Todas estas idas y vueltas valieron la pena porque conocimos dos lugares que todo viajero que pase por Colombia tiene que visitar. El primero, en Boyacá, es Villa de Leyva. Un pueblito de calles empedradas y edificaciones de piedra muy antiguas. Su gran plaza seca es la mayor atracción del lugar. Nuestra idea era quedarnos varios días, pero estando allí nos enteramos que el ferry que cruza de Cartagena a Panamá dejaba de funcionar a mediados de abril. Después de mucho pensar y sobretodo de hacer cuentas, decidimos apurar un poco el paso, saltearnos Venezuela y llegar a tomar el ferry. La otra opción (la de mandar la Kombi en un contenedor y nosotros ir en avión), cuesta el triple, así que quedó descartada. Por eso nuestra estadía en Villa de Leyva se redujo a dos noches y tres días en los que aprovechamos a caminar, recorrer sus calles, plazas y museos.

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Plaza principal de Villa de Leyva.

 

El otro imperdible de esta zona, ya en el departamento de Santander, es Barichara. El camino entre uno y otro es desastroso pero el resultado vale la pena. La idea original era dormir en San Gil, que pensábamos que era un pueblito, pero era una ciudad más grande de lo que nos imaginábamos y llegamos un sábado de festejos y mucha gente en las calles. Así que escapamos a Barichara. Estacionamos a Dora en la plaza, salimos a caminar y sacar fotos y nos dimos cuenta de que nos gustaba todavía más que Villa de Leyva. Esa noche conocimos a Gabriel, Yeni y Sara, una familia que nos invitó a pasar el fin de semana en su casa. Aceptamos la invitación sin saber bien a dónde íbamos y tuvimos la mejor de las sorpresas: una casa muy linda decorada por Gabriel que es artista, muy rica comida (con asado incluido preparado por Nico) y sobre todo muy buena y divertida compañía. Charlamos sobre viajes, deseos y sueños y nos reímos mucho. Con ellos fuimos a conocer Guane, un pueblito en donde no hay nada pero que está ahí cerca y es visita obligada para los que van a Barichara. También conocimos una fábrica de papel de fique (una planta parecida al aloe vera) y el cementerio de Barichara, famoso porque en las lápidas se representa con esculturas parte de la vida de esa persona. Allí se pueden encontrar sombreros, autos, guitarras y uno puede adivinar a que se dedicó esa persona o que le gustaba.

Nos despedimos de la familia y seguimos viaje bien pa´l norte, al Cabo de la Vela en La Guajira.

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Con Gabriel, Yeni y Sara en Barichara.

 

Para ver más fotos de todo esto entrá acá.


10 respuestas a “De idas y vueltas por Colombia

  1. Queridos Nico y Lola ,que sabrosos comentarios nos envian ! La perfecta descripcion de sus vivencias ,las vemos y las vivimos. Si , realmente la gente es muy amable ,pero eso es de ida y vuelta , la simpatiay el encanto de ustedes hace que sean bienvenidos. Suerte y avanti DORA !!!

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  2. Aguante Nico. Hermosas crónicas de viaje.. Se nota la buena pluma de tu compañera… La realidad esta superando a lo imaginado.. Abrazos para ambos.. Suerte. Te sigo leyendo……

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  3. Querido Nico y Luli: maravillosas las fotos y los comentarios que nos hacen viajar con ustedes!!!!Que manera de conocer lugares y tanta gente que los invita!!!Ademas se los ve a ustedes siempre sonriendo,lo que me hace pensar que estan estupendamente bien.Cuanto me alegro!!!Les mando como siempre un beso inmenso, Y A SEGUIR CON LA FIEL «DORA»

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  4. Hola chicos !!! Que increíbles relatos. Nosotros les vamos siguiendo el camino. Ahora estamos en Cuzco, disfrutando de Perú y su gente. Ya preparando el camino hacia adelante, estamos evaluando como cruzar de Cartagena a Colón (Panamá). ¿Como piensan hacerlo? (Si nos esperan 2 meses, compartimos container !!!). Abrazo. Catire, Noël, Cala, Dimas, Mia y Carmin (www.americaenfamilia.com)

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    1. Hola familia! Como viene ese viaje? Tambien los estamos siguiendo. Que lindo Cuzco, uno de nuestros lugares preferidos! Nosotros ya estamos en Panama, cruzamos hace una semana con el Ferry-Xpress, pero lamentablemente ya no funciona mas. Igual seguro que encuentra a alguien para cruzar juntos xq esta llenisimo de viajeros por todas partes. Un beos grande!!

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